Mitos y realidades sobre la lactancia materna

La doctora Adriana Ballesteros, neonatóloga y presidente de ASCON, comparte7 mitos y realidades frente a la nutrición y el crecimiento de los bebés durante la Covid-19:

La lactancia materna es el mejor alimento que le puedo proporcionar a mi bebé.

Verdadero. La lactancia materna exclusiva y prolongada es una de las intervenciones más eficaces para mejorar la salud y la supervivencia de los recién nacidos y bebés pequeños en todo el mundo. A través de esta, les brindamos una serie de beneficios a corto y largo plazo que promueven su bienestar. Tales como[i]:

  • Fortalece el sistema inmunológico y reduce el riesgo de infecciones por bacterias y virus. Los bebés que han sido alimentados exclusivamente con leche materna son mucho menos propensos a ser hospitalizados por enfermedades y tienen un riesgo significativamente menor de infecciones gastrointestinales y oído y enfermedades respiratorias.
  • Disminuye las reacciones alérgicas, dado a que la leche materna es más fácil de digerir, protege el tracto intestinal y favorece la absorción de los nutrientes.
  • Reduce las probabilidades de sufrir obesidad tanto en la infancia como en la edad adulta. La leche materna contiene menos insulina que la de fórmula y más hormonas, que el cuerpo necesita para regular la absorción de grasas.
  • Mejora el desarrollo cognitivo desde la infancia hasta la adolescencia.
  • Promueve el desarrollo cognitivo y las interacciones emocionales, ya que brinda protección, contacto físico y estimula la conexión madre-bebé.
  • Disminuye el riesgo de desnutrición y mitiga las probabilidades de desarrollar retraso en el crecimiento y/o bajo peso.

Un año es más que suficiente para lactar a mi bebé.

Falso. Las autoridades de salud recomiendan una nutrición basada en la leche materna exclusiva, que inicie en la primera hora de vida, y se extienda durante los primeros 6 meses del niño (180 días). No obstante, se debe apoyar el inicio de la alimentación complementaria, adecuada y segura, manteniendo la lactancia materna hasta los dos años o más. iv

Mi bebé puede tener un desarrollo normal sin importar el tipo de nutrición que reciba.

Falso. Los bebés requieren de nutrientes específicos para su desarrollo. Un bebé con desnutrición o condiciones asociadas a la falta de nutrientes esenciales no alcanza su potencial de desarrollo y, en la adolescencia y adultez, pueden presentar una menor capacidad intelectual y un desempeño académico y laboral bajo[ii], junto con problemas relacionado con retraso en el crecimiento[iii].

Un recién nacido o bebé puede sufrir de anemia.

Verdadero. La anemia está asociada con la mala nutrición y se ha convertido en un problema de salud pública. En bebés de 6 a 11 meses de edad, alcanza el 62,5 % y, en los de un año, el 35,6 %. Estos indicadores son preocupantes porque en niños, suele darse por bajos aportes de hierro, zinc, yodo y vitamina A, que son nutrientes indispensables para su desarrollo físico, psicomotor e intelectual.[iv]

Mi bebé puede presentar complicaciones cognitivas debido a la obesidad.

Verdadero. Una mala nutrición relacionada con la obesidad genera problemas de memoria, atención, agilidad mental, toma de decisiones y autocontrol. Se estima que el número de lactantes y bebés pequeños (de 0 a 5 años) que padecen sobrepeso supera los 41 millones en el mundo y, en la actualidad, América Latina es una de las regiones más afectada por esta problemática, con el 7,3 % de los menores de 5 años (más que el 5,6 % de la media mundial). vii

Los bebés no contraen el Covid-19.

Falso. Aquellos con problemas de nutrición tienen sistemas inmunológicos débiles y pueden correr un mayor riesgo de padecer infecciones y contraer diferentes virus como el Virus sincitial respiratorio y el coronavirus[v].

Es posible acceder a citas de control y atención de salud para nuestros bebés durante la pandemia.

Verdadero. Recordamos a los padres de familia y cuidadores que las instituciones de salud seguimos trabajando bajo todos los protocolos de bioseguridad por el cuidado y la sobrevida de los recién nacidos y bebés: ¡No tengan miedo! Mucho menos, no dejen de asistir a los controles y brindar los cuidados esenciales a sus hijos.

REFERENCIAS


[i] Lassi ZS, Mallick D, Das JK, Mal L, Salam RA and Bhutta ZA. Essential interventions for child health. Reprod Health. 2014;11https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/44310/9789275330944_spa.pdf;jsessionid=D4FD12B4D5D7FE1DC190F20F0CC134C8?sequence=1

Bhutta ZA, Ahmed T, Black RE, Cousens S, Dewey K, Giugliani E, Haider BA, Kirkwood B, Morris SS, Sachdev HP and Shekar M. What works? Interventions for maternal and child undernutrition and survival. Lancet. 2008 Feb 2;371(9610):417-4

[ii] Nyaradi, A., Li, J., Hickling, S., Foster, J., & Oddy, W. H. (2013). The role of nutrition in children’s neurocognitive development, from pregnancy through childhood. Frontiers in human neuroscience7, 97. https://doi.org/10.3389/fnhum.2013.00097

[iii] Organización Mundial de la Salud. Metas mundiales de nutrición 2025 https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/255735/WHO_NMH_NHD_14.3_spa.pdf

[iv] Instituto Colombiano de Bienestar Familiar. Infografía situación nutricional de 0 a 4 años. Disponible en: https://www.icbf.gov.co/sites/default/files/infografia_situacion_nutricional_0_a_4_anos.pdf.

[v] NCBI (2020) Desnutrición infantil y COVID-19: el momento de actuar es ahora. Disponible en:  https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7384790/